martes, 5 de mayo de 2009

RUBEN NEMBHARD UN GUERRERO DEL BASKET

Once años de éxitos en la Liga Profesional de baloncesto lo colocan como uno de los jugadores estadounidenses más sólidos del circuito. Gaiteros del Zulia ha sido el club de sus grandes pasiones

Nelson Contreras Suárez


Rubén Nembhard llegó hace once años a Venezuela cargado de ilusiones, con un gran talento para el básquet y al poco tiempo la afición zuliana lo consideró su estrella naciente en la Liga Profesional de Baloncesto en la cual ha sabido imponerse, con el paso del tiempo, en base a su gran esfuerzo y e innata calidad.

Hizo de Venezuela su segunda patria y de Maracaibo la ciudad de sus triunfos, al punto de sentirse, como él mismo lo dice, un maracucho más, de esos que le gusta el mojito en coco, los patacones y sobre todo el ritmo musical de la gaita, la cual canta con pasión, aunque nunca se le ha ocurrido, ni se le ocurrirá, cantar en plan comercial, pues cree que la voz no le ayuda.

Un “zuliano” agradecido

“En Maracaibo me siento a gusto. Es una región donde la gente me quiere mucho. Salgo por las calles y todos me saludan, me reconocen y ese afecto me llega directamente, pues aunque soy un profesional del baloncesto, siempre busco que la afición quede satisfecha con el trabajo que realizó en la cancha”, subraya con marcado orgullo, en una de las prácticas previas a uno de los partidos del su quinteto en la capital en la presente campaña basquetera.

Padre de un chipilín, de su mismo nombre, quien con apenas unos ocho años de edad ya despunta como un futuro jugador de baloncesto. Rubén está casado con Terri Beauchamp desde febrero 1999.

“Mi hijo lleva este deporte en la sangre. Me acompaña a las sesiones de entrenamiento y aprecio que tiene ganas para hacerse jugador profesional y yo lo estoy ayudando desde pequeño porque es la mejor forma para que encuentre el camino ideal al estrellato en este deporte”, sostiene el jugador que lleva varios récords en nuestra liga.

En efecto, Rubén junior se le puede considerar un afiebrado. Aunque no puede todavía llegar plenamente al aro, pues obviamente, le falta fuerza, la forma cómo ataca el aro ya es llamativa y en parte ese conocimiento se lo ha inculcado su padre, quien estima que su muchachito será en un futuro un jugador estrella de los Gaiteros del Zulia.

En el niño se destaca que posee grandes habilidades para movilizarse con la esférica. La mueve con solvencia, quizás siguiéndole los pasos a su progenitor, quien es considerado otro de los magos en la difícil misión de conducir la pelota y sobre todo de meter balones al aro desde todos los rincones del tabloncillo, tal y como lo hacía en su época su paisano, el legendario San Shepherd.

Aprendió en las calles de NY

Nació en la popular barriada del Bronx, en Nueva York, hace 37 años (nacido el 20 de febrero de 1972) y desde los 11 se inició en el baloncesto, influenciado por las partidas callejeras que, en ese estado de la Unión, son muy frecuentes.
“Casi puedo decir que crecí jugando baloncesto en las calles de mi ciudad. Pasé allí bastante tiempo y esa fue una gran experiencia para mi desarrollo como basquetbolista”, señala con gran regocijo.

No tiene dudas en afirmar que es en las calles donde los jóvenes aprenden a desenvolverse en el deporte, tal y como ocurre con otros deportes populares como el fútbol o el beisbol.

“Las calles son duras. Crecer allí te da la determinación y la dureza necesaria para salir y jugar en cualquier liga del mundo”, dice sin empachos de ninguna índole.
Nembhard, jugador de 1.91 metros de estatura, ha mostrado su gran talento en numerosas ligas como la NCAA de Estados Unidos, considerada una antesala a la famosa NBA con el equipo Weber St. en la campaña de 1993 al 95. En Alemania con el Landshut ( 95-96); en la CBA de EEUU con el Yakima Sun Kings (96-98); en la 98-99 con La Crosse Bocats (CBA).

Esa misma temporada del 98-99 coronó una de los sueños más grandes de los jugadores de baloncesto al llegar a la NBA, pero sólo estuvo una campaña.
Prosiguió su peregrinar en Inglaterra con el London Towers (99-2000) y ese último año debutó con los Gaiteros del Zulia, equipo con el que ha jugado nueve años consecutivos.

En nuestro país ha alcanzado entre otros en tres ocasiones el premio al Jugador Más Valioso. Ha jugado casi todos los Juegos de Estrellas de la LPB, además de haber actuado en Argentina con el Boca Juniors y en la CBA de España con el CB de Tenerife

En Venezuela juega mucho

El paso del tiempo no ha opacado la excelente forma física del base armador, aunque ya el almanaque comenzó a pasarle alguna factura, especialmente por las lesiones en los tobillos, pero Nembhard es un consagrado de su deporte y como un viejo guerrero de las canchas, no se rinde.

Considera que la Liga Profesional de Baloncesto de Venezuela es bastante fuerte, por lo que se debe tener una estupenda salud, para poder rendir.
“Aquí se juegan muchos partidos, por lo que el esfuerzo que uno hace es muy fuerte, sobre todo en un deporte como el básquet que obliga al jugador a correr todo el tiempo, a lanzar la pelota con precisión y sobre todo lo que creo fundamental, a ejercer la defensa con mucha capacidad”, relata.

El alma de Gaiteros

Este año y el inmediato anterior no pudo comenzar desde el inicio de la ronda eliminatoria, debido a una lesión que le molestaba bastante. Tuvo varios juegos de recuperación, pero tan pronto entró en la cancha sorprendió a la afición zuliana, pues apreciaban, de nuevo, al siempre rendidor Nembhard: el hombre que carga con el equipo Gaiteros.

Ciertamente, en base a su loable desempeño los Gaiteros, llegaron el pasado año a la serie final contra Cocodrilos de Caracas y siempre en plan de estrella de su club, al marcar siempre casi los 20 puntos por juego, algo que muy pocos pueden alcanzar en la LPB.

Si de algo pueden jactarse los aficionados del equipo musical es que si pierden, como le ocurrió recientemente cuando el club sumó hasta nueve derrotas en fila, pero nunca le podrán achacar la derrota a este jugador, pues, superando lesiones y a pesar del paso de los años, ha colocado en la cancha toda su experiencia y su excelente forma de mover el balón para ser el rey indiscutible del quinteto petrolero.

Aunque muchos le consideran extremadamente individualista en su juego, él estima que eso no es así, toda vez que es un firme creyente de la labor colectiva, pues de otra forma es muy difícil conquistar los triunfos.
En efecto, en los últimos años además de estar peleando siempre el renglón de los anotadores -en el actual torneo es de nuevo lìder con casi 20 puntos por partido-, también se destaca en el plano de las asistencias, renglón que consiste en repartir balones a sus compañeros, especialmente, al que esté libre de marca para que anote los puntos.

“La defensa y el juego colectivo son esenciales para labrar las victorias. Sino logramos combinar esos dos esquemas será difícil avanzar en este campeonato. Vamos a luchar para mantener el mismo espíritu de pelea, clasificar a la postemporada y luego, por supuesto buscar el título que se nos escapò el año pasado”, afirmó para culminar.

domingo, 3 de mayo de 2009

DEPORTE CRIOLLO EN ACCION: Pacquiao es una maquina demoledora

DEPORTE CRIOLLO EN ACCION: Pacquiao es una maquina demoledora

Pacquiao es una maquina demoledora

Sin embargo, el venezolano “Inca “ Valero emerge como un de los más fieros y duros rivales que puede tener el filipino, que acabó el pasado con el inglés Ricky Hatton, por la vía del nocaut, para lucir éste como un auténtico paquetazo


Por Nelson Contreras


La terminante demostración realizada el pasado sábado en Las Vegas por el púgil filipino Manny Pacquiao al fulminar en apenas dos asaltos al que se asomaba como su rival más peligroso, el inglés Ricky Hatton, es sin dudas, su mejor demostración, que nos permite ratificarlo como el mejor boxeador del momento y quizás el hombre calificado para levantar al deporte de los coliflores del estancamiento, casi absoluto, en el que se ha visto sometido en los últimos años.

Para muchos la pegada del asiático es poco menos que destructiva, casi imposible de soportar por un humano de su peso. Cuando llega con su recto de izquierda o de derecha hace mella en cualquier rival y eso fue lo que experimentó Hatton, quien al dejarle abierto el rostro recibió los golpes más sólidos y letales de su carrera.

¿Quién puede detener a este camión de puños?, es la interrogante que todos los aficionados se plantean, si se toma en cuenta que pues ya pulverizó y despidió del boxeo a una leyenda como lo fue Oscar de la Hoya y ahora al inglés Hatton. ¿Entonces quién le queda?

Sencillo: entre el grupo de adversarios, ya de menos rango como los dos anteriores, quedan varios mexicanos, siempre aguerridos y metidos en la candela de los combates importantes en los pesos intermedios, y el venezolano Edwin “El Inca” Valero.

De entrada, consideró que tal y como están las cosas el púgil merideño con todo y el poder demoledor de su mano izquierda – es zurdo como Pacquiao- no tiene nada que buscar a menos que un nocaut fulminante lo salve o también al recibirlo lo deje largo a largo como le paso al europeo.

A Valero le vimos acabar recientemente con el colombiano Antonio Pitalúa, casi como si estuviese pelando una mandarina, demostrando que el poder de su mano siniestra es letal, pero al momento de medirse a este filipino, hoy por hoy una maquina y el auténtico ídolo del pugilismo actual, tiene que ponerle doble dosis de potencia a su pegada y además dar una lección de boxeo técnico, algo que, sinceramente, el criollo todavía le falta mucho.

Es obvio pensar que si logra colocar una de sus poderosas combinaciones al rostro del asiático tiene un chance muy enorme de derrotarlo; no obstante, falta por saber si Pacquiao, con su buena filigrana, está dispuesto a permitir que le llegue uno de los impactos del venezolano.

Lo que vimos de Hatton, el pasado sábado en Las Vegas, Nevada, fue la caricatura de un boxeador que había liquidado a 44 de sus 45 oponentes. Se trata de un púgil que pelea muy frontal, que lanza los golpes curvos y así le dejó abierto el camino para
Pacquiao le clavara dos netas combinaciones al mentón, cuando finalizaba el primer asalto, y luego, en la misma instancia final del segundo round lo pescó con otro zurdazo que explotó neto en el llamado “suiche” para enviarlo a dormir a las estrellas.

De allí no se levantaba ni con grúa y dejaba en el ambiente que, por más y toda su buena trayectoria que ha cumplido en el boxeo, ante el filipino no fue más que un auténtico paquete.
“Pacquiao no gana solamente por ser mejor. Puede ser mejor o peor que Hatton, Márquez, De la Hoya, Barrera y otros más –incluiremos al nuestro “El Inca” Valero-. La diferencia está en que cada vez que sube a enfrentarlos, el PacMan se aprendió de memoria sus defectos, conoce al detalle sus puntos flacos y practicó hasta el cansancio la forma de cuidarse de sus virtudes. Léase: golpes peligrosos de cada adversario", asegura en su blog de Espndeportes.com el comentarista, Bernardo Pilati, en lo que puede considerarse como la misma sentencia que nosotros, humildemente, compartimos, al ratificar que Pacquiao es un verdadero fuera de serie y no me queda dudas que es el peleador que necesitaba el boxeo para tratar de salir del foso.

Sin embargo, el pugilismo se hizo para enfrentar a los hombres, sea el que sea, pues sino entonces Pacquiao tendría que irse para su casa a dormir porque nadie se quiere ver con él en un ring, por lo que el “gocho” Valero, sería un atractivo especial, pues se trata del hombre que marcó un récord mundial, inscrito en el famoso Libro de Records Güines al noquear a 21 contrarios en el propio primer asalto y a eso tiene que sacarle jugo, es decir una buena tajada de dinero.

Lo demás está en tratar de aplicarle la misma medicina al filipino, algo que en este momento puede parecer un invento mío, pero que puede darse si logra pescarlo en las primeras de cambio, de lo que si estamos seguros es de que el merideño no saldrá a dejarle la cara abierta como una patilla para que lo exploten, como lo hizo Hatton.

El criollo, según lo dijo en Meridiano TV la noche del combate, tendrá otro planteamiento táctico contrario al que exhibió el inglés. Si lo logra hacer y pegar uno de sus acostumbrados mazazos, tiene abierto el camino al éxito y de hacerlo sería una de las grandes proezas del boxeo venezolano que, de por sí ya tiene páginas llenas de glorias el Libro de Oro del deporte nacional.